All In: La Licitación del BONAR 2029N, una Apuesta de Alto Riesgo por el Futuro Económico de Argentina
La licitación del BONAR 2029N expone la apuesta del Gobierno por volver a los mercados mientras aún enfrenta riesgo elevado, reservas débiles y la desconfianza estructural de los inversores.
En el mundo de las finanzas, pocas cosas evocan tanto el espíritu del póker como una emisión de deuda soberana en un país emergente como Argentina. Con un historial de defaults que podría llenar un libro de jugadas fallidas, el gobierno de Javier Milei acaba de subir la apuesta con el anuncio del BONAR 2029N: un bono en dólares a tasa fija del 6,5%, con vencimiento en noviembre de 2029 y amortización total al final. La licitación, programada para el próximo 10 de diciembre, no es solo una operación técnica para captar "miles de millones" de dólares y refinanciar vencimientos inminentes de enero de 2026 (alrededor de USD 4.300 millones en bonos como el AL29 y AL30). Es un "all in" simbólico: una jugada audaz que pone en juego la credibilidad del modelo económico actual, basado en ajuste fiscal, apertura al capital extranjero y un optimismo que roza lo temerario.
El ministro de Economía, Luis Caputo, lo presentó como un "hito" que marca el regreso voluntario de Argentina a los mercados internacionales después de siete años de aislamiento. Pero en el tapete verde de Wall Street y la City porteña, los inversores no compran discursos: evalúan riesgos. Con el riesgo país (EMBI de JP Morgan) rondando los 634 puntos básicos, el más bajo desde enero, pero aún alto comparado con pares como Brasil (300 pb) o México (250 pb), esta emisión bajo ley local argentina es una prueba de fuego. ¿Saldrá a la par o con descuento? ¿Reforzará la confianza o revelará grietas en el plan Milei? Para entenderlo, imaginemos tres escenarios posibles en esta licitación, cada uno como una mano en el póker: la floja, la sólida y la ganadora. Basados en proyecciones de analistas como Barclays, JP Morgan y consultoras locales como Equilibra, estos escenarios reflejan no solo el resultado inmediato, sino el futuro de la economía argentina hasta 2029.
Escenario 1: La Mano Floja – Débil Demanda y Salida Muy Bajo Par (Probabilidad asignada: 15%)
Imaginemos que el 10 de diciembre, las ofertas llegan tibias. El bono se adjudica por debajo del 91% del valor par (USD 1.000 nominal), impulsando un yield to maturity (YTM) superior al 9,3%. ¿Por qué podría pasar? Factores como una toma de ganancias post-rally de bonos en noviembre, un endurecimiento inesperado de la Fed en EE.UU. o dudas renovadas sobre la ley local (que ofrece menos protección a inversores en caso de restructuración) podrían ahuyentar a los fondos extranjeros. En este caso, el riesgo país saltaría a 720-750 puntos básicos en los días siguientes, un retroceso que borraría parte del progreso logrado con el superávit fiscal (1,3% del PIB en 2025) y la inflación en descenso (de 211% anual a proyectados 120%).
El impacto sería un golpe a la confianza: reservas netas del BCRA, ya negativas en unos -USD 17.000 millones, se verían presionadas para cubrir el déficit de captación, forzando más swaps con el Tesoro de EE.UU. (renovado por USD 20.000 millones en octubre) o desembolsos del FMI (que ya liberó USD 15.000 millones este año, pero exige metas estrictas). Para el modelo económico, esto significaría un "call" fallido: el extractivismo primario (agro, litio, Vaca Muerta) no basta para generar dólares genuinos, y la dependencia de financiamiento externo se expone como un vicio crónico. En 2029, al vencimiento, Argentina podría enfrentar un PIB estancado en +1% anual, deuda/PIB en 93% y reservas apenas saliendo del rojo. Apuesta perdida: el "all in" se convierte en un bluff descubierto.
Escenario 2: La Mano Sólida – Demanda Aceptable y Salida Bajo Par Moderada (Probabilidad asignada: 60-65%)
Este es el escenario base, el más probable según el consenso de la city local (Balanz, PPI, Cohen). El bono sale entre 92% y 94% del par, con un YTM de 8,3-8,8%, captando USD 2.000-3.500 millones. La demanda vendría principalmente de fondos argentinos y algunos jugadores emergentes, atraídos por el cupón alto (6,5%, semestral en dólares) en un mundo de tasas globales bajando (Fed en 4,25-4,50%). El riesgo pais subiría levemente a 650-690 pb en el corto plazo (un ajuste transitorio por la "prima" de la ley local), pero se estabilizaría rápido si la colocación supera expectativas.
Aquí, la apuesta de Milei gana tiempo: refinancia el 60-70% de los vencimientos de enero 2026 sin tocar reservas brutas (actuales USD 41.900 millones), preservando liquidez contra shocks. El modelo económico, con su énfasis en superávit primario y apertura (IED proyectada en USD 10.000 millones anuales), se sostiene a medias: exportaciones crecen +4% al año gracias a commodities, pero la industria con valor agregado (automotriz, tech) sigue rezagada por un dólar apreciado. Hacia 2029, reservas netas podrían llegar a cero o ligeramente positivas, PIB en +3,5% anual y deuda/PIB en 70%. No es un full house, pero sí una pareja alta: suficiente para seguir en la mesa, aunque sin diversificación real, el riesgo de un nuevo default acecha en el horizonte.
Escenario 3: La Mano Ganadora – Fuerte Demanda y Salida Bajo Par Leve (Probabilidad asignada: 20-25%)
La jugada soñada: sobredemanda impulsa el precio por encima del 95% del par, con YTM por debajo del 8% y captación superior a USD 4.000-5.000 millones. Esto requeriría participación de "real money" extranjero (fondos asiáticos, europeos), convencidos por el momentum post-electoral de Milei y el cupón competitivo (el más alto en duración corta desde 2017). El riesgo pais caería a 580-630 pb, desencadenando un rally en bonos existentes (AL29/AL30 subiendo 2-3%) y abriendo la puerta a emisiones futuras bajo ley Nueva York.
En este "all in" triunfante, el modelo económico acelera: exportaciones +7% anual con algo de valor agregado, IED en USD 20.000 millones y reservas netas robustas (+USD 25.000 millones hacia 2029). El FMI, con su EFF de USD 20.000 millones, da luz verde a metas ambiciosas, y la deuda/PIB baja a 60%. PIB en +5% anual hasta 2029, con inflación en single digits. La apuesta paga: Argentina pasa de "paria financiero" a "emergente en ascenso", validando el extractivismo como puente a un modelo híbrido. Pero ojo: depende de vientos globales favorables y políticas pro-industria (bajar retenciones, incentivar clusters tech).
El Turno Final: ¿Vale la Pena Apostar?
Esta licitación no es solo números en una pantalla de Bloomberg; es una metáfora del futuro argentino. Milei y Caputo han puesto todas las fichas en el ajuste y la apertura, pero sin acumulación genuina de reservas ni un plan robusto para valor agregado más allá de primarios, el "all in" podría ser prematuro. Si sale bien, pavimenta el camino a la normalización; si no, expone la fragilidad de un modelo que aún depende de parches externos (blanqueos, FMI, swaps). Para inversores, el yield esperado (8,4% ponderado) compensa el riesgo hoy, pero el verdadero premio está en creer (o no) en la mano de Milei. En el póker económico, como en la vida, a veces el bluff gana la partida.



