Puentes y Barreras: Análisis de la Cohesión Social en Chile

En base a los datos proporcionado por la Encuesta de Bienestar Social de 2021 del Ministerio de Desarrollo Social y Familia en Chile, podemos observar varios aspectos clave que nos ofrecen una panorámica sobre el estado actual de la cohesión social en el país.

En primer lugar, la confianza entre personas, un indicador esencial de la cohesión social, presenta cifras preocupantes. Solo un 39% de la población general manifiesta confianza en otros, y este porcentaje disminuye aún más entre personas en situación de pobreza y mujeres. Además, la confianza en instituciones, como los Municipios y Carabineros, es todavía menor, especialmente entre jóvenes de 18 a 29 años y personas mayores. Estos datos sugieren una desconfianza subyacente en la sociedad y en sus estructuras, que puede ser un reflejo de experiencias negativas o percepciones de ineficiencia.

La participación ciudadana, otro pilar de la cohesión social, se sitúa en un 40,2%, indicando que poco menos de la mitad de la población se involucra activamente en organizaciones. Este nivel de participación, si bien es significativo, deja espacio para un mayor compromiso cívico que podría fortalecer los lazos comunitarios y la responsabilidad compartida.

En cuanto a las redes de apoyo, un 31,2% de la población declara contar con redes de apoyo para tareas de cuidado, acceso económico, trámites legales y financieros, y para la búsqueda de un empleo. Este es un aspecto crucial de la cohesión social que permite a las personas sentirse apoyadas y seguras dentro de su comunidad. Aunque el porcentaje es relativamente bajo, es importante notar que casi un tercio de la población cuenta con algún tipo de red de soporte.

El maltrato es un indicador negativo para la cohesión social y, según la encuesta, el 25,3% de los entrevistados ha recibido maltrato. Las personas en pobreza, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas e inmigrantes reportan porcentajes mayores de maltrato comparados con otros grupos. La mayoría de estas situaciones ocurren en el trabajo, en la calle y, preocupantemente, dentro del ámbito familiar. El maltrato en estos espacios puede generar una fractura social profunda y perdurable.

La razón de la situación de maltrato a menudo se asocia con la inmigración, la edad, la pobreza, el género y la discapacidad, revelando desafíos específicos que cada uno de estos grupos enfrenta. Esto refleja una sociedad que aún necesita trabajar en la aceptación y el respeto a la diversidad y la inclusión.

La cohesión social es fundamental para el desarrollo sostenible de cualquier país. Una sociedad cohesionada es aquella donde sus miembros confían unos en otros, participan activamente en la vida comunitaria, cuentan con redes de apoyo sólidas y experimentan bajos niveles de discriminación y violencia. Los datos de la Encuesta de Bienestar Social muestran que, mientras hay aspectos positivos que se deben reconocer y fortalecer en Chile, también hay brechas significativas y áreas que requieren atención.

Es crucial que tanto las políticas públicas como las iniciativas privadas y comunitarias trabajen para cerrar estas brechas, promoviendo la equidad, la justicia y la solidaridad. Debe haber un esfuerzo colectivo para reconstruir la confianza en las instituciones y entre los ciudadanos, fomentar la participación cívica y asegurar que todos los miembros de la sociedad cuenten con redes de apoyo que les permitan desarrollarse y enfrentar desafíos. Así, una sociedad más cohesionada no solo mejora la calidad de vida de sus integrantes, sino que también se vuelve más resiliente frente a desafíos sociales y económicos.