Transformando Fronteras: El Impulso de Insulza al Paso Agua Negra
El próximo 19 de marzo de 2024, un nuevo capítulo se escribirá en las relaciones exteriores de Chile, con el senador José Miguel Insulza asumiendo la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta. Entre los desafíos y compromisos que Insulza ha decidido abordar desde el primer momento, destaca el fortalecimiento del apoyo político a las inversiones en infraestructura para la integración entre Chile y Argentina. Este esfuerzo se enfocará en la pavimentación de los kilómetros restantes del paso internacional Agua Negra y en las gestiones para la futura realización del túnel que promete unir la Región de Coquimbo con la Provincia de San Juan.
La reunión sostenida con el alcalde de Vicuña, Rafael Vera Castillo, en el Congreso de Valparaíso, no ha sido más que un reflejo del espíritu colaborativo y proactivo que Insulza desea imprimir en este cargo. Su interés por reactivar proyectos paralizados, como es el caso del túnel Agua Negra, resalta la importancia de la cooperación técnica y política en estos emprendimientos. Insulza reconoce que más allá de la infraestructura, se trata de tender puentes de integración y cooperación con los países vecinos, con Argentina a la cabeza en este caso.
Rafael Vera, subrayó la importancia de materializar grandes proyectos que superan la individualidad en pos del beneficio colectivo. Este proyecto no solo abarca la construcción de un túnel, sino también la pavimentación de rutas, la integración y la mejora de condiciones de vida y económicas para las regiones implicadas.
El Túnel Binacional Agua Negra se erige como un pilar para la integración de la infraestructura de transporte, energía y telecomunicaciones entre Chile y Argentina, ofreciendo una alternativa al paso internacional de los Libertadores. Este eje vial no solo mejorará la conectividad subregional sino que también integrará ambas naciones a un nuevo sistema multimodal de transporte, impactando positivamente en diversas actividades productivas como la minería, la agroindustria, el turismo y la energía, entre otros.
El proyecto promete dinamizar el tejido productivo del Área de acción, facilitando el acceso a mercados y reduciendo costos logísticos. En última instancia, busca fortalecer la integración y cooperación económica binacional, dando un impulso significativo a la educación, innovación científica y tecnológica.
En este contexto, la próxima gestión de Insulza se presenta como un catalizador crucial para reactivar y concretar proyectos de infraestructura que no solo unirán físicamente a Chile y Argentina, sino que también fortalecerán los lazos económicos, culturales y políticos entre ambos países, marcando un hito en la historia de la integración sudamericana.
